miércoles, 6 de noviembre de 2013

El desorientado eres tú...

El día está desorientado, a veces una nube ciega, a veces la nube amenaza, a veces la nube pierde el  norte, y se va a la luna.
El café despeja la mañana pero la nube sigue desorientada.
Hoy sin azúcar; no me gusta la rutina. Hoy mas ágrio por tanto más exquisito.
Hoy el café llevaba doble ración de desesperado intento de salir del hábito común. Hoy quería  reinventarme, innovar sin miedo al revés del cosmos, hoy querría mutar a gato pero me quedo en  monstruo sin catalogación...
Y que verdad es la mentira, cuando se dice aposta, que dulzura...

Ahora un gato me está mirando, desafía a mis pupilas.
Le pido la hora, y me dice que no espere: que la hora es inecesaria teniendo un reloj.Incomprensible. 
Le pido amor, y cierra los ojos.
Le pido una vida, le pido su vida.
Él acepta regalarme seis inservibles vidas y quedarse durmiendo todo el día. Se asombra al ver que  ahora feliz insonrío, o sonrío infeliz. De alguna manera me obliga a no pronunciar mis pensamientos,  pero es que el gato habla francés:
-La seule désemparés êtes-vous- me grita sin mover los bigotes.
No sé como, pero le entiendo. No lo entiendo, pero lo sé.
Mi musa impaciente espera una estupidez versada. El gato disfruta de su infinita única velada. Ahora  me mira con aires de valentía.

Primer sorbo de café.

Primera amargura en la boca.
Ahora enamorado, también me enamoro del miedo, del fracaso y con ello me enamoro del miedo al fracaso y del fracaso miedoso.
Ya no soy yo, ahora soy contigo y te cuento que la primera vez solo existe en los besos.
Ya no eres tu, ahora eres conmigo, y es un salto acrobático verte gemir.

Trago las horas en la espesa moca.

Ahorcando esperas esperas y pasados en tu pelo, rompiendo relojes y partiendo calendarios, no somos mas que dos más, pero los mejores, los locos incomprensibles que lloran felices, mi mecanismo propulsado por la magia de tus piernas, me obliga a escribirte, ayuda, no quiero cigarros después de que los gritos se oigan mas allá de los silencios, quiero mas gritos.
Quiero una ducha de espumosa cerveza color tus labios y observar como orientado vuelvo a perseguir las sombras del yo mismo alcoholizado haciendo eses.
Lo exijo.

Ya no queda café, acabo de acabar por donde empecé. Por una taza vacía.

Antes de regresar a la vida:
El gato es blanco, habla porque está enamorado. Yo supongo que escribo por la misma razón.
He vuelto a enamorarme, por tercera vez, ya van dos con la misma. He debido de equivocarme, por lo que he vuelto a enamorarme. Por supuesto, como para no, por cada vocablo de tus bonita boca, he vuelto a enloquecer. Y no entorpezco con el borroso pasado, me he puesto un traje de impermeabilidad con la mala costumbre de no dejar nada a mi entorno mas que el por qué de los presentes instantes.
Venga, ya está, no me gustan las despedidas por eso digo que no me gustan para que se crea que me despido, pero no
Volvamos a los días grises de mofletes rosados, olvidados, no, dicho queda, vuelvo a ti, más enamorado.
Espacios en blanco lleno de las palabras que me dictas, mi musa, paso de cebra hacia la calle de las farolas que lucían.
Te dije palabras que al nombrarlas sonaban en mi conciencia, como que no se iban a cumplir, pero soy un valiente, y un cabezota, quizá un enamorado: la infinitud es para los poco cuerdos, supongo que te vienes...


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