sábado, 22 de marzo de 2014

He vuelto a caer -en ti-

Por el puto vértigo te lanzas y te dejas llevar,
y solo vuelas un rato, luego tu cuerpo consigue estallar,
contra el suelo.
Pero te levantas,
te colocas los huevos
y dejas de decir palabras mal sonantes.

Basta ya de claustrofobia,
me encierro aposta en tus acolchados muslos y
te narro a lametazos
la rabia de mi vida clínica
o mi casimortalvida,
curada con heridas poetizadas
o curadas con tinta,

Suenan los arpas y por fin uso la mano derecha,
te masturbo tan lento como escribo un verso,
oigo sin escuchar los gemidos crónicos en cada hueso,
hacen melodía...
Se nota en el esternón un dolor dulce,
no pretendo rimar,
a lo mejor si pretendo rimarte,
o envejecer contigo.

Inmovilizado
por saber que lo nuestro no tiene nombre,
lo llamo odio censurado.

Saquen sus conclusiones,
un filósofo colocado, no revela sus imágenes mentales.

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