...)

...Respecto a que me busques...
 ...no significa que me encontrarás...
 ...que me encontrarás...
 ...pero quiero que me busques...
 Ya sabes que yo siempre estoy muy vacío
...que te tengo como vicio... 
...que lo dejo sin final...

El Gato bohemio (...) Tarde para escapar.

Entristecido,
dormido entre tus ganas de dispararme y las ganas de dispararme yo.
Lloviendo en el vacío que me vació, cuando el ron y el jazz dejaron de saborear mi materia gris en blanco.
Contando las horas para no volver a beberte el café de debajo de tus bragas,
Gastando palabras escritas sin escribirlas en folios blancos donde la tinta además de marcar versos marcaría tu adiós.

No puedo.

No estás.

Desordena tu ausencia el puto encadenamiento.

Desencadenas.

Canciones lentas y baños fríos.

Ver la cerveza para dos y despertar.
Tarde para intentar escaparte...

Tenías doce horas para intentarlo.

Te tocará aguantar un adicto a tu entrepierna que mancha todo de soledad. El mismo que pide ayuda a gritos desde páginas en horizontal.
Tenías que haberte ido, haber aprovechado el sábado noche y haberlo hecho real.

El Gato bohemio. (...)

Un gato se drogó hasta la sobredosis sabiendo que la séptima vez no quería morir por haberse enamorado 7 veces de la misma Gata.

poetisa manchando mis folios.

-He vuelto a escribir

-- ¿Y que has escrito?

-Pregúntatelo a ti misma.

--Como siempre, no te sigo.

-Tú, conmigo, tú, con tu abismo entre el ombligo y el final de tu cintura, el lamerte las piernas y todo sin cordura. Ahora, haciendo poesía.

--Sigo perdida.

-Pero desnuda.

--Desnuda y haciendo poesía.

-Y voy a vestirte. Para que antes de volver a desnudarte te inyecte esta mariposa esquizofrénica y manches todos esos folios.

-Poesía.

--Poetisa

...

En la tristeza con días alegres y en la felicidad días tristes, lástima que cuando no lo era para tener aquellos días alegres, eran día alegres obligados por la hierba y la sangre verde... reventarme la cabeza contra la pared, llorar, escribir bien, dolor en el vacío, cogerte de la cintura y empotrarte, follarte en París y desayunar vodka mientras vemos la misma lluvia de debajo de tu habitacíón, hacerte el amor sin odio en los ojos... matar hormigas drogadictas que muerden las pupilas y se inyectan redbull mientras se esnifan palomitas... el gato mirándome y los puntos suspensivos al saber que una historia sin final tiene ese final inexistente...

Sin lupa, miopía refinada preparada para ver lo que no quiero ver, fijándome en los pequeños detalles y memorizando la trayectoria hacia su cuello.
Sin limites impro-beséndote de improviso no hay nada como compartir la almohada  y una birra fresquita de labio a labio, eso de un peca en la cerveza dulce y un café que tranquiliza,
dependo de los lazitos que unen lazos que enlazan vidas que vacían sueños que llenan camas que rompen sábanas que destrozan amor odio y odian al amor para odiarte sin control cuando amemos nuestro amor a odiarnos, adicción a la curva central que me sonríe sin parar con la peca doscientosmil como un tonto mordiéndola, matándome seis veces como un gato y haciendo revivir cada vida intacta tuya... no somos más que gatos drogadictos de alguna droga psicotrópica sin reloj y muy puntuales ante cualquier minuto irreal en la vida muerta que la hierva me hizo matar...

Sueño

Tanto odiaba ver las cara grises que vestía el mundo y tanto me gustaba soñar que un día decidí no volver a abrir los ojos.

tuyo-cardio sin anti-dotos. (Parte 2)

Hacerle el amor al tuyo-cardio porque el mio-cardio bien te lo follaste cuando sin querer queriendo una peca se me enganchó en el labio y ahí murieron las siete vidas de un zombie con vida de gato que no entiende ni atiende la razón del por qué no entiendo idiomas y del por qué consumo antidepresivos en kilogramos.

Dosis de antí-dotos y antí-todos. (Parte 1)

 En charcos de sangre verde inventaron la mentira de la magia.

ataques nerviosos y agobio

Formo parte de la era de los Zombies románticos y estoy dispuesto a inyectarme antídotos y antítodos.Tambien me he metido de lleno en la generación del poema regalado y esquizorénico drogado, el poema, no yo.

Me dejaré un mostacho en el que se quede el olor a marihuana de la pipa nueva que me compraré.
Te haré el amor todo el día y precisamente no en nimias cantidades.
Por la noche prefiero beber café, soñar despierto como un estúpido y regalarte poemas garabateados en cualquier sitio donde un fonema no deja de sonar por su rabia acumulada en cada acento mal puesto por la oscuridad de las luces o por el cansancio de los dedos drogados por el olor a sexo de una habitación corrompida por la pornografía amorosa practicada y un par de besos sin amor...

Otoño.

Los días eran muy azules y a la vez grises sombríos, llorosos y tristes. 

Los días deslizan grises con un rosa especial en cada rincón del cuerpo de una bailarina sin ropa.