Fin del verano...Día de lluvia...Cielo agrisado... Pequeños relámpagos luminosos... Donde sea que fuere, su rostro era acromático, desvaído...
Vergonzosa cenicienta de pantalones ajustados... Estabas a punto de hacerme olvidar el día que lloré cerveza... Después del insomnio de mil noches todo parecía una utopía... Incrédulo...Shisa tras shisa, amargas sonrisas... papeles de ele que me hacía ver luces psicodélicas donde me encerraba...
Ahogándome en pompas de una bong, quemándome los pulmones con un verde descolorido...
Ahora una cafeinómana de risa espasmódica en una rima de labios había reparado las grietas de mi pecho...
No me imagino ni quiero imaginarme, una tarde de noviembre apunto de estallar la tormenta en la que no te despeine con mis gritos, bajo las gotas sonoras mas tarde, reflejar nuestros coordinados gemidos en el adentro de un huracán de emociones donde tu tez es mas fina y tus pecas mas visibles...
Sin tu permiso te besé... Ahora ni el aire entre nosotros...
Sin palomitas, con café... sin amor, con placer... inconsciencia y ondas paralizantes...
Boquiabierto, ojiplático, atónito... etcétera: así me quedé cuando los trozos pisoteados de mi yo, fueron reparados
Piernas de gelatina aunque siguen dándome vértigo...
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