miércoles, 4 de septiembre de 2013

Heridas mal bordadas.

Volviéndonos duros como piedras,
 aunque estas heridas no las bordan ni mis poemas.
Sólo,
 esquizofrénico,
 en este sótano a la sombra del jamás,
 donde moriría por mi muerte, por  matarte o por tenerte.
Ilusión, cerveza y verso.
Locura, emoción y sexo,
el sexo de tu palabra, boca mal cerrada.
 Ábreme los ojos sin colgarme en esa soga bien atada,
 átame a tu vida y no me despiertes.
 Pues si de tu vida formaré parte,
 o en sueños o en Marte.
Calarme por ti hasta las entrañas para que no me las puedas sacar con esa mirada,
 con la que muchas veces me engañas.
 Celebremos la muerte de las palabras vivas,
 que las que se gritan aquí, aqui mueren, aqui arriba,
y si mueren es que nadie las oye.
 Susúrralas gritando.

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