miércoles, 4 de septiembre de 2013

Eco.

Ataques epilépticos internos que no sé muestran a exterior, como mis ganas de gritarte, me grito dentro, eco, tras del eco viene el yanto, los jadeos, pero interior, interior como la prosa, como la prosa de mis musas, como las entrañas, como el corazón y sus remiendos, como los desgastados sentimientos que solo afloran a la fuerza y en una explosión, en una fuerte explosiòn tan forzada como la sonrisa esta, que en carne viva muere, muere porque matas, porque matas a este esquizofrénico hundido en estas cuatro paredes alcolchadas, hechas a medida, en las que todavía parto nudillos. Me lo dan todo hecho pero sigo metiendo la zarpa, la misma zarpa con la que me autodestruyo.

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