escribirte, sin tema de escritura.

Treinta y cuatro veces me deprimo
me agobio con facilidad
soy libre de librería.
un desorden psicológico
bebo cafés verdes psicódelicos
ardiendo como cuando caigo de tu pecho estratosférico
dejé la vida cannábica
para soñar 500 noches contigo,
para escuchar Sabina de el fondo de tu ombligo,
y esnifármelos
todos tus problemas,
tenemos un amor dramático,
de vez en cuando romántico,
sin bucear con aquel tiburón
donde nuestra sangre descolorida
hace que muera como un periquito
al que nadie le pía
al que nadie le invita a ron,
siendo un pato encerrado,
en planes milimétricos,
cegado con un nirvana,
enamorado siendo pato
de una lora
en el que un canon o un requiém,
hagan de banda sonora.