viernes, 20 de diciembre de 2013

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En la tristeza con días alegres y en la felicidad días tristes, lástima que cuando no lo era para tener aquellos días alegres, eran día alegres obligados por la hierba y la sangre verde... reventarme la cabeza contra la pared, llorar, escribir bien, dolor en el vacío, cogerte de la cintura y empotrarte, follarte en París y desayunar vodka mientras vemos la misma lluvia de debajo de tu habitacíón, hacerte el amor sin odio en los ojos... matar hormigas drogadictas que muerden las pupilas y se inyectan redbull mientras se esnifan palomitas... el gato mirándome y los puntos suspensivos al saber que una historia sin final tiene ese final inexistente...

Sin lupa, miopía refinada preparada para ver lo que no quiero ver, fijándome en los pequeños detalles y memorizando la trayectoria hacia su cuello.
Sin limites impro-beséndote de improviso no hay nada como compartir la almohada  y una birra fresquita de labio a labio, eso de un peca en la cerveza dulce y un café que tranquiliza,
dependo de los lazitos que unen lazos que enlazan vidas que vacían sueños que llenan camas que rompen sábanas que destrozan amor odio y odian al amor para odiarte sin control cuando amemos nuestro amor a odiarnos, adicción a la curva central que me sonríe sin parar con la peca doscientosmil como un tonto mordiéndola, matándome seis veces como un gato y haciendo revivir cada vida intacta tuya... no somos más que gatos drogadictos de alguna droga psicotrópica sin reloj y muy puntuales ante cualquier minuto irreal en la vida muerta que la hierva me hizo matar...

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