Labios descafeinados en una tarde gris,
bocas desbesadas a quince paradas de aquí.
Todo me vacía y me estropea,
excepto tú,
que me llenas y me arreglas.
Labios descafeinados en noches descoloridas,
mordiscos cortados por las atentas miradas.
Como un mudo hablador,
como un ciego que duerme poco,
quererlo y quererte, como un auténtico loco.
Como un mudo hablador,
como un ciego que duerme poco,
quererlo y quererte, como un auténtico loco.
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