Desorden y pereza
me limitan...
bañándome en cerveza,
tragando estupideces...
escuchando un requiém
un canon o un gemido,
con lava en vez de cerebro...
aprendí entonces,
a aprender,
a entender a los gatos,
justo cuando me enamoré de una gata de pecas,
y entendí francés y chino
y dejé de vivir el presente y empecé a vivir cosas que no habían ocurrido...
dejé de contar minutos
de escuchar saxos
y dejé de no estar contigo...
pero basta ya de sandeces,
¿por qué correr y mojarse?, ¡si ni siquiera está lloviendo!
jóvenes poetas juegan a escribir más de lo que follan,
y acaban faltos de amor o de versos...
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